Tu cuerpo te habla con tus dolencias y malestares, tus penas, deseos, pasiones y alegrías. Te habla con la voz del sistema digestivo, del sistema cardiovascular y el sistema nervioso. Te habla, incluso, con tu peso, las libras que se pierden y se acumulan. Si escuchas tu cuerpo con atención y honra su sabiduría, descubrirás la clave para vivir en balance y plenitud.
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