De acuerdo a Gillette, sí.
La industria de la belleza ha hecho que el “crear realidades” sea un arte. Toma este “hecho” que casi nadie cuestiona: El vello de las piernas de la mujer no es atractivo. Una amiga me contó el origen de esta idea. “En 1915, sólo los hombres compraban afeitadoras”, explicó. “A Gillette (fabricante de afeitadoras) se le ocurrió que, si consiguiera que la otra mitad de la población tuviera algo que afeitar, multiplicaría sus ingresos. Entonces, comenzó a comercializar en Estados unidos una afeitadora nueva, con estilo femenino, llamada Milady Decollete, presentando a modelos luciendo piernas afeitadas, lisas y brillosas – y la idea se popularizó”. Gillette duplicó sus ventas. Por supuesto, hoy no son sólo las mujeres norteamericanas, y no son sólo las piernas. En todo el mundo, las mujeres se afeitan, enceran, y sacan vellos de más y más partes de sus cuerpos. Y cada vez más hombres están haciendo lo mismo. Toda esta extracción fóbica de vello es una molestia cara, y mi dermatólogo, preocupado por el cáncer de piel, dice que no es saludable, pero que no se nos pasa por la cabeza no hacerlo. Estamos fritos – gracias a Gillette.
Al vivir con toda esta presión de tener el cuerpo perfecto, no es de asombrarse que la autoestima de las chicas se derrumbe apenas llegan a la adolescencia. Para consolarlas, ahora tenemos el concepto de “poder femenino”. Sin embargo, como señalaron los críticos mediáticos, “Casi tan pronto como la frase fue acuñada, el ‘poder femenino’ fue arrebatado por los medios y todo el mundo estaba tratando de venderles algo a las chicas. Lo que vende es una imagen de tener poder. Una vez que las chicas adquieren este deseo y persiguen esta imagen, les dicen que la forma de lograr ese poder es a través del maquillaje, la ropa y los novios”.
La industria de la belleza ha hecho que el “crear realidades” sea un arte. Toma este “hecho” que casi nadie cuestiona: El vello de las piernas de la mujer no es atractivo. Una amiga me contó el origen de esta idea. “En 1915, sólo los hombres compraban afeitadoras”, explicó. “A Gillette (fabricante de afeitadoras) se le ocurrió que, si consiguiera que la otra mitad de la población tuviera algo que afeitar, multiplicaría sus ingresos. Entonces, comenzó a comercializar en Estados unidos una afeitadora nueva, con estilo femenino, llamada Milady Decollete, presentando a modelos luciendo piernas afeitadas, lisas y brillosas – y la idea se popularizó”. Gillette duplicó sus ventas. Por supuesto, hoy no son sólo las mujeres norteamericanas, y no son sólo las piernas. En todo el mundo, las mujeres se afeitan, enceran, y sacan vellos de más y más partes de sus cuerpos. Y cada vez más hombres están haciendo lo mismo. Toda esta extracción fóbica de vello es una molestia cara, y mi dermatólogo, preocupado por el cáncer de piel, dice que no es saludable, pero que no se nos pasa por la cabeza no hacerlo. Estamos fritos – gracias a Gillette.
Al vivir con toda esta presión de tener el cuerpo perfecto, no es de asombrarse que la autoestima de las chicas se derrumbe apenas llegan a la adolescencia. Para consolarlas, ahora tenemos el concepto de “poder femenino”. Sin embargo, como señalaron los críticos mediáticos, “Casi tan pronto como la frase fue acuñada, el ‘poder femenino’ fue arrebatado por los medios y todo el mundo estaba tratando de venderles algo a las chicas. Lo que vende es una imagen de tener poder. Una vez que las chicas adquieren este deseo y persiguen esta imagen, les dicen que la forma de lograr ese poder es a través del maquillaje, la ropa y los novios”.
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