domingo, 28 de junio de 2015

Leer y estudiar la Biblia.

Leer y estudiar la Biblia 
te ayudará a ver más allá del atractivo “anzuelo” y doloroso “gancho” de las tentaciones pecaminosas, para que puedas aprender de los errores de otros, en vez de experimentarlos tú mismo. La experiencia es un gran maestro, pero cuando se trata de aprender del pecado, es un duro y terrible maestro. Es mucho mejor aprender de los errores ajenos. Hay tantos personajes bíblicos de quiénes aprender, tanto modelos positivos como negativos, que con frecuencia proceden de la misma persona en diferentes etapas de su vida. Por ejemplo, David, en su reto al gigante Goliat, nos enseña que Di-s es más grande que cualquier cosa a la que quiera que nos enfrentemos (1 Samuel 17). David, al ceder a la tentación y cometer adulterio con Betsabé, nos revela el largo alcance y las terribles consecuencias que puede acarrearnos un “momento de placer” (2 Samuel 11). El conocer la Biblia nos da una paz y una esperanza real cuando todo a nuestro alrededor parece desmoronarse (Romanos 15:4; Salmo 112:7; Habacuc 3:17-19).


La Biblia no es un texto abstracto y enigmático, sino que proporciona todo lo que necesitamos para vivir una vida sana.

Al guiarnos y dirigirnos constantemente hacia nuestra misión de vida única, el estudio de la Biblia y la observancia son un acto de auto descubrimiento.

En Shavuot, los judios se quedqan despiertos toda la noche sumergidos en el estudio, celebrando este Big Bang 
espiritual, y declarando que la Biblia
 —así como el agua— es la fuerza esencial de vida.

Es algo por lo que vale la pena quedarse despierto toda la noche. 



La Biblia es un libro que no es sólo para leerse. Es un libro para estudiarse, a fin de poder ser aplicado a tu vida. De otra manera, es como tragarse el bocado de comida sin masticarlo y después escupirlo de nuevo... sin ningún valor nutricional aprovechado. La Biblia es la Palabra de Di-s. Como tal, es tan necesaria como las leyes de la naturaleza. Tú puedes ignorarla, pero lo harás para tu propio mal, así como lo sería si ignoraras la ley de la gravedad. No puede ser lo suficientemente enfatizada, la importancia que tiene la Biblia en nuestras vidas. El estudiar la Biblia puede compararse al extraer oro de una mina. Si haces un pequeño esfuerzo y sólo “ciernes los guijarros en el arroyo” sólo encontrarás un poco de polvo de oro. Pero si te esfuerzas en realmente “excavar en ella”, 
tu recompensa será de acuerdo a tu gran esfuerzo. 
Shalom

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