Entonces, perdemos oportunidades para crecer, no sólo por no ser capaces de solucionar los problemas, sino también por no esperar más de nosotros mismos, por no fijar la “vara” de los logros y la integridad humana un poquito más alto.
En un momento heroico, un hombre puede inspirar a un mundo entero a cambiarse a sí mismo. Y cuanto más cambiemos nosotros, más cambiamos al mundo.
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